Mientras las bolsas se amontonan en las calles, el Concejo Deliberante de Yerba Buena fue la caja de resonancia de las quejas de los vecinos debido a las falencias en la recolección de residuos en esa ciudad. El edil peronista Marcelo Albaca, por ejemplo, salió a desmentir los dichos de Mario Criado, el gerente de Servicios y Construcciones La Banda, la firma que tiene a su cargo el servicio desde 2003.
“Es mentira que hacen falta más camiones para brindar una buena prestación, y es mentira que él pone a disposición del municipio unos 14 vehículos. Con suerte, llegan a cinco. Lo reto a que entregue en el Concejo el listado de los coches afectados, con sus respectivas patentes”, dijo.
Según el concejal y también candidato a intendente, con siete vehículos alcanza para recorrer el territorio, que son unas 1.800 cuadras. “La recolección de restos domiciliarios debería hacerse todos los días, de seis a 14. Luego, por la tarde, tendría que circular el camión verde. Y a la noche habría que transitar nuevamente por las avenidas, para reforzar las zonas comerciales”, propuso.
Los dichos de Albaca se suman a la presentación que efectuaron en forma conjunta los concejales opositores Mariano Campero y Javier Jantus, quienes solicitaron que ese cuerpo cite al secretario de Obras Públicas del Municipio, Julio Herrera Piedrabuena, para que explique por qué la recolección de residuos “presenta falencias”.
Además, los ediles exigen que el funcionario entregue el documento contractual entre la Intendencia y Servicios y Construcciones La Banda. “Ese acuerdo jamás fue puesto a consideración de los miembros de este cuerpo, pese a que lo requerimos en reiteradas oportunidades”, argumentaron en su proyecto de resolución. “La ciudad se encuentra en condiciones de hacer una separación selectiva de residuos. Sólo falta la decisión política”, añade Campero.
Quien también formula declaraciones al respecto es Pablo Berarducci, un ex edil del partido Por Yerba Buena, quien fue expulsado en 2012 luego de que se comprobara que, además de su cargo en ese cuerpo, trabajaba como asesor para la Municipalidad de Orán.
Él sostiene que fue destituído porque metió “los dedos en el enchufe”, puesto que varias veces pidió informes sobre la basura. Según sus dichos, Toledo hizo “arreglos verbales” con Criado.
“El documento original, que se firmó en 2003 -explica Berarducci- establece que la adjudicataria debe encargarse de la recogida, transporte y disposición final”. Pero el objeto de ese contrato ha sido modificado, puesto que el último punto ya no lo realiza, razonó. “Ese contrato es ilegal”, interpretó Berarducci. Es decir, la firma no brinda el servicio para la cual fue contratada.
Las moscas sí vienen
“En Alfonsina Storni al 1.200, el basurero pasa una vez a la semana. Pero las moscas y los perros pasan ocho veces por día”, se quejó el vecino Alejandro Ávila.
“Al barrio Juramento el recolector viene cada siete u ocho días ¡Y ni hablar del camión verde!”, exclamó Marcela Alejandra Medina.
“La recolección es pésima. Por el barrio Araujo pasan cuando quieren. Y, cuando al fin lo hacen, dejan las bolsas en las esquinas. Hasta que llega el camión, los perros se hacen un festín con la basura”, detalló Beatriz Cagna.
Un proyecto “en stand by”
La basura de las casas suele irse afuera en la primera bolsa que encontramos. Metemos en un solo costal los bordes de una pizza, los pañales usados y las botellas de las gaseosas que se han tomado ese día. Por el contrario, las casas deberían tener envases para reciclar. Tachos para desperdicios húmedos y tachos para desperdicios secos, al menos. De hecho, a fines del año pasado, desde la Municipalidad de Yerba Buena se intentó poner en práctica, de modo experimental, un proyecto de recolección y separación de residuos sólidos urbanos.
El plan piloto -de acuerdo con lo anunciado y publicado- se iba a instrumentar en la zona noroeste, en un perímetro comprendido entre las calles Maderuelo y Beruti, las avenidas Aconquija y Perón, y el camino entre las dos rotondas.
En ese momento, la ex jefa de Gabiente Dora Bianco -que era quien impulsaba la iniciativa- dijo que se pretendía transformar ese sector en un modelo a seguir, y luego hacer extensiva la modalidad al resto del territorio. Por eso, primero se iba a mejorar el servicio de recolección, y después de que la frecuencia y los horarios estuvieran en orden, se les iba a pedir a los vecinos que clasificaran las latas, papel, plástico, vidrios y verdes orgánicos.
La intendencia anunció que iba a efectuar una compulsa de precios entre varias empresas. A las interesadas se les iba a exigir que tuvieran un camión moderno y con capacidad para trasladar los residuos separados. Sin embargo, según trascendidos, el proyecto no prosperó debido a algunas objeciones, pero podría ser retomado este año.